Cuando decimos identidad evocamos aquella necesaria afinidad con la existencia, el requerimiento del ser humano de sentirse cómodo en el mundo, en la sociedad de la que somos parte. Identidad lleva a diversidad, la diversidad permite infinidad de formas.
Shnit Festival de Cortos de Cine integra entre sus proyecciones el trabajo realizado cada año en más de 140 países buscando calidad y valor artístico. En esta acción descubre esa diversidad y aquel derecho a la identidad; estos aspectos salen a la luz sin más, sorprenden al espectador al ver los cortometrajes que conforman la Competencia Internacional.
En el 2018 estos bloques estarán acompañados de otros que se acercan al derecho a la identidad de manera más directa, punzante. Estarán los bloques Cine LGBTI, Cine Mujer, Cine Latinoamericano y el ciclo Cuento Corto Comunidad Grande; acompañando a MADE IN Argentina y Dulce de leche, representantes del cine nacional.
Cada bloque de cortos es producto de intercambios con diferentes entidades y organizaciones. Así el de Cine LGBTI se debe a la colaboración del Consulado Británico, Cine Mujer lo permite la sociedad con la realizadora Mónica Lairana, los bloque de Cine Latinoamericano son una alianza con los festivales de cine Venezolano, Colombiano y Ecuatoriano que se llevan a cabo en la metrópoli multicultural que es Buenos Aires. Mientras Cuento Corto Comunidad Grande es producto del convenio con diferentes organizaciones sociales y la Casa de la Cultura Popular de Barracas.
Los organizadores del Festival argumentan que la importancia de abordar este derecho a la identidad desde la diversidad se debe a partir de que cada persona sintoniza con aspectos diferentes de su vida, aspectos que van desde su identidad sexual, pasando por su lugar de nacimiento, hasta de la comunidad en la que vive o la clase sociocultural de la que forma parte. Resaltar la diversidad, enamorarse de la diferencia, enaltecer el derecho a identificarse, es en términos generales el llamado del Shnit con esta muestra.
El séptimo arte cuenta con herramientas potentes para la transformación del imaginario común, por ello es importante reconstruir referentes con el elemento de fantasía que ofrece. Cada año los festivales de cine nos hacen pensar que todo lo que anhelamos puede ser tangible. Por ejemplo, se puede decir que el bloque LGBTIQ al estar formado por trabajos británicos, es producto del influjo del cine experimental europeo de la década de los ochenta, cuando los creadores empujaron los límites de la puesta en escena e incorporaron el performance al ejercicio cinematográfico.
Los movimientos de liberación sexual aportaron mucho al carácter transgresor de estos artistas que continúan buscando seducir los estatutos del arte. Muchos de nuestros contemporáneos revisaron y se nutren de aquel trabajo para elaborar sus obras y cuestionar su propia historia.
Dentro de las piezas del bloque Cine LGBTI contamos con Balcony de Toby Fell-Holden, cortometraje de 2015 con más de 18 premiaciones a nivel internacional en el que en un barrio plagado de tensión racial, una chica local se enamora de una chica inmigrante que es víctima de maltrato. Y con Jamie de Christopher Manning, de 2016 presentado en más de 25 festivales, obteniendo ocho reconocimientos, en el que Jamie, un solitario chico, busca torpemente su primera relación y cuando un domingo conoce a Ben, se pregunta si ha encontrado pareja.
El Shnit se llevará a cabo en el Centro Cultural San Martín en Buenos Aires del 17 al 27 de octubre.
